Santa Rosa y Buenos Aires (2b)- En la actualidad no hay sector que pueda sacarle el cuerpo a la crisis. La cadena productiva está pulverizada, pero aún en La Pampa parece haber espacio para respirar. El caso de la producción lechera es un claro ejemplo en el país: Se estima que cerraron unos 700 tambos en las 5 provincias productoras, donde se encuentra La Pampa, a lo que se suma la escasez de leche en supermercados y la seria advertencia de CRA (Confederaciones Rurales) avisando que los costos del productor superan por lejos el precio que perciben. Y en La Pampa ya lo recordarás: 30 de los 180 tambos que había cerraron a mediados de 2018… Sin embargo, en este caso no todo fue para peor en la provincia: Es que según confirmó a 2b el subsecretario de Asuntos Agrarios, Alexis Benini, en lo concreto las vacas de los establecimientos cerrados fueron absorbidas por otros tambos, lo que no hizo decaer la producción, acompañando además con incentivos de la provincia. Encima, para fin de año, la irrupción de Mamuu en el mercado puso el equilibrio que faltaba, al determinar la verdadera estructura de costos y pagar más el productor.
Lo de Mamuu salió tan bien que ya se desvirtuó el objetivo de la fábrica de leche social, pero en el buen sentido, claro. Es que estabilizada ya al tope de sus previsiones de producción desde el Ceret de General Pico, con unos 7 mil litros diarios, cubre una demanda importante en la provincia con sus superprecios, aunque según insisten desde el Ministerio de la Producción, el espíritu de la fábrica social apunta a producir los lácteos, es cierto, pero también estableciendo cómo se conforman las estructuras de costo de la leche -desde el productor hasta la góndola- con el fin de potenciar emprendimientos privados futuros, enmarcados en este “seguimiento”.
«Más allá del éxito de los productos, la herramienta principal que nos dio Mamuu fue acceder a datos concretos en base a la experiencia de producir. Hoy sabemos cuánto pagar exactamente por la leche cruda y a cuánto vender a precios razonables y todavía mantener rentabilidad», explicó Benini, sobre la producción de Mamuu que, por ejemplo, vende el sachet de litro a sólo 22,50 pesos.
Según explicó, «estamos pagando el 10 por ciento más a los productores y, como si fuera poco, vendemos la leche a un 3o por ciento menos que cualquiera de las segundas marcas y a más de 40 de las primeras». Pero la apuesta no es sólo inundar con productos Mamuu el mercado, sino en base a esta nueva estructura de costos potenciar nuevos emprendimientos, que los hay de sobra.
¿Qué pasó con los tambos?
Benini fue noticia en julio del año pasado, cuando en un informe de dosbases reveló un dato desalentador: el cierre de 30 de los 180 tambos que había en la provincia en pocos meses, producto de la megacrisis que recién empezaba a mostrar sus tremendos efectos.
Pasaron 8 meses, y contra todos los pronósticos, la actividad logró estabilizarse en La Pampa ¿Cómo? El propio subsecretario contó que si bien La Pampa «no escapa al proceso de concentración» que vive en la Argentina en cualquiera de las industrias, los constantes programas de incentivo, como por ejemplo una reciente línea crediticia para alimentación lanzada por el Ministerio, hacen que los tamberos puedan subsistir y producir a los mismos volúmenes.
«La situación está muy complicada. la parte industrial. Estamos ayudando en todo sentido al productor, y gracias a tantas políticas de acompañamiento logramos mantener la producción. El cierre de tantos tambos no tuvo un impacto letal porque hubo una sustitución de vacas, es decir están incorporadas a otros establecimientos y desde el Estado se acompaña a los productores con muchos beneficios, incluso ayudando a afrontar los sueldos», explicó.
En medio de ese panorama, la provincia cuenta hoy con entre 150 y 160 tambos, todos de pequeños y medianos productores, pero que implican un número importante a la hora de sumar su producción al contexto nacional, o mejor dicho de la cuenca lechera argentina.
La crisis nacional
Pero, ¿qué pasa en el resto del país? Mirá cómo viene de mal la mano, que hasta la CRA pone el grito en el cielo. En las últimas horas, el vicepresidente de Confederaciones Rurales, Jorge Chemes, manifestó que se está generando un grave problema social con la escasez de leche, porque se están cerrando y achicando la mayoría de los tambos. “Hay una mirada parcial y equivocada sobre la situación de los tamberos por parte de Nación”, dijo.
Un estudio de la entidad sostiene que la producción sigue trabajando a pérdida, con costos que superan al precio que paga la industria láctea por la materia prima, lo que transforma la actividad en un polvorín. En La Pampa, sin embargo, ese proceso se logró frenar.
“El desequilibrio en toda la cadena láctea, hace que el sector industrial y comercial, puedan ir ajustando sus números hacia arriba, a diferencia del productor quién no es formador de precio, sino tomador de los precios que define la industria”, manifestó en Radio Máxima, el dirigente y productor Jorge Chemes
“El productor cobra entre 10 y 11 pesos, contra lo que vale la leche al consumidor que se está pagando hasta unos $50, y ni hablar de los productos derivados”. Chemes aseguró que “los eslabones ajustan sus precios de acuerdo a sus costos de producción entre ellos la carga impositiva, y el productor queda con toda el peso de los costos, sin poder ajustar los precios porque lo forman lo demás” como la industria y del supermercado”.
Esta situación lleva al quebranto del productor porque está fundido y el consumidor no puede pagar lo que vale la leche” expresó. “Hoy se siguen cerrando tambos, pero también muchísimos se reducen a la mitad. Por lo que no hay que analizar cuantos cierran sino cuantas vacas salen de producción” aseguró.
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