Santa Rosa (2b)- Si bien en La Pampa las internas arrojaron un obsceno 38% de votos en blanco, que tiene una explicación por la particularidad de la elección, el caso alertó a la conocida consultora Taquion, de Sergio Doval, para seguir en este 2019 plagado de comicios desdoblados la evolución de esta «posición». La conclusión fue, al menos, llamativa: En 3 de las 6 elecciones que van en el año, ya sean PASO o Generales, el voto en blanco superó el 10%. El análisis, claro está, pasó por alto que en las internas abiertas del 17 de febrero, por ejemplo, quienes privilegiaron votar en la interna de una coalición y no en la otra su voto se contó como blanco para esta categoría. Eso hizo al voto en blanco la vedette de la elección, pero lo cierto es que el fenómeno se siguió replicando. Esa vez, las urnas estuvieron divididas entre afiliados a partidos (16% del padrón) e independientes (84%).
La consultora explicó que el primer dato a tener en cuenta apareció en La Pampa cuando el radical Daniel Kronemberger se impuso ante el macrista Carlos Mac Allister y se quedó con la candidatura a gobernador por Cambiemos. En esa oportunidad, los votos en blanco representaron el 38,49 por ciento, sólo un punto por debajo del ganador y casi el doble de lo cosechado por ex jugador de fútbol. Pero la otra gran muestra sucedió en Chubut, donde se registró un 10 por ciento de sufragios en blanco, dos puntos por debajo de lo alcanzado en Entre Ríos el pasado domingo.
En una elección de polos, la tercera posición no siempre queda reflejada en su máxima expresión. Y es que ante una oferta entre dos modelos, representados en el macrismo y el kirchnerismo, la otra opción no siempre convence. Y es desde ahí de donde el voto en blanco avanza. “Para ser gráficos, la explicación sería la siguiente: si a ese sector de la población que no se siente parte de ninguno de los dos, le ofrecen gaseosa y no le gusta, va a tomar agua”, dice Doval. Y agrega que “a diferencia de lo que profesa Durán Barba, los últimos estudios reflejan que la gente está interesada en la política porque estamos atravesando una época en la que, como no llega a fin de mes y cómo no tiene nada en la heladera, se pregunta por qué y empieza a interesarse más. El tema no es la política, sino los políticos que, a veces, no los convencen”.
Lo sucedido en Chubut es un reflejo para la consultora. El 40 por ciento de los habilitados para votar decidió no ir o no hacerlo por algún candidato. De 2011 a este año, pasaron de 80 mil a 131 mil los que no concurrieron a las urnas. Tanto en Trelew como en Esquel, dos de los municipios más importantes de la provincia, el promedio del voto en blanco rondó el 20 por ciento y ocupó el segundo lugar. El 46 por ciento de los esquelenses no fue a votar o decidió no hacerlo por alguien.
Otro caso llamativo se dio en Neuquén. Pese a que el promedio del voto en blanco se detuvo en 3,64, en El Cholar, un municipio de tercera categoría, se impuso por el 52 por ciento de los votos, dejando al precandidato a intendente Néstor Fuentes en la segunda posición. Entre Ríos no fue ajeno a esta tendencia: el 12 por ciento registrado alcanzó el tercer lugar y, en partidos como Santa Elena, superó el 25 por ciento.
Ante la pregunta de cuánto de esta tendencia provincial puede volcarse al nivel nacional, Doval asegura que “no se trata de un preámbulo de lo que puede suceder en el país. Son elecciones diferentes en las que, desde hace un tiempo, venimos midiendo que los vecinos encuentran más respuestas a sus problemas de parte de los gobernadores que de los intendentes ya que tienen más capacidad de acción. Es una escala que se dio vuelta. Y en esta línea, el voto en blanco saldrá de los que no encuentren representación en esa tercera posición”.
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