Santa Rosa (2b)- Esta lunes por la tarde el intendente Leandro Altolaguirre encabezó el acto de inauguración del Complejo Cultural El Molino, enmarcado en los festejos por los 127 años de la ciudad de Santa Rosa. El acto constituye un hito: Es que tras idas y vueltas, y años de inacción en el medio, el emblemático edificio del molino harinero que cerró hace exactamente 40 años, volvió a la vida. Allí, a partir de ahora, funcionarán talleres y la escuela municipal de cerámica.

El molino en la etapa final de construcción antes de abrir sus puertas, en 1946 (Fototeca Bernardo Graff)
El Molino Werner cerró en el 79 y un año después, a mediados de los 80, la empresa dictó la quiebra. Fue el fin para un emblema de la capital y sus mañanas de bocinas al palo anunciando la apertura. Finalemente, el edificio fue reconvertido y hoy abrió sus puertas… 40 años después.
Del acto oficial, además Altolaguirre participaron el vice Jorge Domínguez, los secretarios Gabriel Gregoire, Luis Evangelista, Pablo de Dios Herrero y Elida Deanna. También los integrantes del Centro Ligure, con su sede en la calle El Fortín, por donde será el ingreso al centro cultural.

Así estaba antes de las obras
También la directora de Cultura, Laura Gómez, los concejales Claudia Giorgis y Marcos Cuelle y diputados provinciales.
Durante la ceremonio habló Ricardo Mainetti,vecino del molino. Recordó que “en el patio jugaba cuando era chico”, cuando su padre trabajaba allí. “A mí me tocó repartir harina de grande y también fideos. Estamos muy contentos de esta obra. Muy agradecido. Que sigan las obras en el barrio, todas son bienvenidas”.
A su turno Altolaguirre señaló que “eta primera etapa, tan esperada por los vecinos del barrio Almafuerte y de la zona norte de la ciudad, y de la zona oeste del centro, viene a superar una barrera estructural que se había generado”.
Añadió que “el Molino fue una fábrica dinamizadora de la economía, de la ciudad de Santa Rosa que generó fuentes de empleo muy importante era el corazón de toda esta zona. Una vez que cerró sus puertas, eso que movía la economía, que le daba vida al barrio, se transformó en sinónimo de retraso. La verdad es que estamos en pleno centro de la ciudad de Santa Rosa. Llama la atención que haya sido olvidado durante tanto tiempo”, dijo.
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