Santa Rosa (2b)- La metralleta verbal de Juan Carlos Marino hacia sus correligionarios por la revolcada en la general de mayo ante el PJ, cayó más pesada que mudanza de herrero. En el seno radical hay una frase que hasta sonó a cargada: «Algunos se llevaron por delante la pared en febrero, otros en mayo, pero el problema es que seguimos perdiendo», dijo ante la prensa referenciando la derrota sufrida por Daniel Kroneberger ante Sergio Ziliotto. Las fuertes críticas de Marino fueron hacia la campaña y el efecto que provocó esta deficiencia: el magro 31,8% conseguido por el candidato radical. Sin embargo puertas adentro del partido el malestar es creciente, porque además el senador puso en tela de juicio la capacidad intelectual de los diputados provinciales electos, al juzgar que ninguno está en condiciones de «analizar un presupuesto». La verborragia del dirigente boina, a la luz del repaso que hacen por estas horas los radicales en los 10 procesos electorales perdidos de manera consecutiva desde el 83, parecen dignos del susto de un degollado. Y es que además de perder dos elecciones consecutivas a la gobernación (2007-2011), ambas ante Oscar Jorge, en la última apenas alcanzó el 31%, menos que Kroneberger, con 10 diputados electos contra los 11 que logró Cambiemos en mayo.
«Es un análisis muy cínico, más aún después de bajarse de su precandidatura a gobernador con una excusa infantil y de escamotear su propuesta de gobierno. Podremos hacer distintas evaluaciones de la candidatura y de la campaña de Daniel Kroneberger, pero lo que es innegable es que fue el único de los precandidatos con la convicción personal necesaria para asumirlas y llevarlas adelante, aún en las condiciones desfavorables del contexto político general para la UCR y Cambiemos». Esto lo escribió Pedro Salas, reconocido dirigente radical y, acaso, el único que salió a contestar las polémicas mandadas al frente de Marino.
En dosbases este tema ya ha sido materia de análisis. Desde el 83 a la fecha la UCR perdió diez elecciones consecutivas ante el peronismo. Precisamente Marino es mariscal en dos derrotas, y en la última alcanzando un menor porcentaje que el «reventado» Kroneberger. Parece que hay paredes para todos.
Este es el repaso de las diez elecciones de la democracia:
1983 (Marín-Berhongaray): 41%-32% (diferencia 9)
1987 (Néstor Ahuad-Berhongaray): 53% 42% (d. 11)
1991 (Marín-Emir Di Nápoli): 48%28% (d. 20)
1995 (Marín-Gavazza): 54% 24% (d. 30)
1999 (Marín-Passo): 56% 40% (d. 16)
2003 (Verna-Torroba): 49% 25% (d. 24)
2007 (Oscar Jorge-Juan Carlos Marino) 53.45% 36.50% ( d. 16.95)
2011 (Oscar Jorge-Juan Carlos Marino) 46% 31% (d. 15)
2015 (Verna-Torroba) 48.50% 36.50% (12)
2019 (Ziliotto-Kroneberger) 52.60% 31.80% (20.8)
Otro dato curioso es el argumento por el cual Kroneberger hizo valer su postulación, atendiendo que nunca había tenido oportunidad de buscar la gobernación en un escenario histórico de fuerte polarización bipartidista. Sí, diez elecciones, y sólo 5 candidatos peronistas (Marín, Ahuad, Jorge, Verna y ahora Ziliotto) contra 7 radicales, dado que Marino, Torroba y Berhongaray lo intentaron en dos oportunidades.
Dentro del partido tomaron la decisión de no contestar abiertamente a la chicana de Marino. Incluso hay un pacto entre los electos diputados provinciales que fueron «observados» por Marino. Curiosamente, el único legislador aportado en esta elección por el sector del senador nacional es Mauricio Agón, condenado por la justicia por 12 estafas comprobadas haciéndose pasar por contador.
Deja tu comentario