Buenos Aires (2b)- En diciembre de 2018 se bajó de la candidatura a gobernador con una frase recordada: «el candidato radical tiene que salir con parto natural, no con forceps». Una semana después empezaba a experimentar un parto, a partir de una denuncia por abuso que fue un verdadero cimbronazo a nivel nacional. El protagonista, uno de los senadores de más larga actividad, titular de comisiones clave y encima vicepresidente primero, era acusado por supuestos abusos en el Senado mismo . Y así pasaron 9 meses, justamente, desde la denuncia hasta el pronunciamiento final de la Cámara de Apelaciones, que siguió en línea con el contundente fallo en primera instancia de María Eugenia Capuchetti. Y ahora todo ya es una distopía, pero el punto de partida para indagar -dice- es el nacimiento de esta situación que podría tener su génesis en sus aspiraciones a la gobernación. «Fue un proceso largo, viví un infierno con mis hijas, mi esposa, el equipo y los amigos», confió Marino en una entrevista con dosbases, en la que profundizó en lo sucedido: «Esto fue una operación política. El fallo de la jueza es contundente e inapelable y la Cámara los refrendó. Yo sé que esto lo hacen los servicios de inteligencia paraestatales, no son los servicios del Estado, pero sólo espero desentrañar quién dio la orden», aseguró.
La entrevista con 2b se concretó ayer en el propio despacho de Marino, a metros de una decena de pibes de Alpachiri que lo esperaban para saludar antes de participar del programa Senadores por un día. A pesar de haber sido declarado inocente de abuso, lejos de celebrar el fallo de la Cámara, el senador pampeano parece concentrado en lo que viene y repasar, a la vez, el padecimiento de los últimos meses. Y para eso, lo graficó con un ejemplo contundente: «Tengo dos hijas que me conocen, está todo bárbaro, pero desde ese momento y hasta ayer eran las hijas de un abusador. Es terrible. Se lo dije ayer a mi hija más chica. Seguramente el daño que yo les ocasioné, si bien la verdad está de mi lado, llevará su tiempo, sé también que si fuera Juan Carlos Marino productor agropecuario (y no senador) estas cosas no les hubieran pasado».
«Lo de la Cámara no sólo confirma el sobreseimiento de la jueza, sino que abunda en más en elementos concluyendo en que era lo que nosotros sabíamos, que la verdad estaba del lado nuestro. Fue la justicia la que dijo que nosotros éramos los dueños de la verdad en todo este caso. Lógicamente la alegría es inmensa, pero atravesamos un verdadero infierno», contó.
Bajo el convencimiento de motivaciones políticas detrás de la denuncia de Claudia Guebel (a quien dosbases intentó sin éxito contactar reiteradamene), el senador expresó que «los que hicieron esta operación nunca imaginaron el daño que podían hacer. Y estoy seguro que de haber sabido eso, no lo hubieran hecho. Pero también aprendí a conocer a la gente. Lo que más me alegró fue la cantidad de llamados que tuve de La Pampa, de hombres, mujeres que ni sé quienes son, solidarizándose. Y también conocí las miserias humanas, felizmente grupos minúsculos, que lo que menos les interesaba era si yo era culpable o no, si era responsable o no, los objetivos eran otros». En ese marco, como detalle, Marino destacó el gesto de apoyo del ex gobernador Rubén Marín, quien días atrás lo visitó en el Senado y ayer fue uno de los primeros en llamarlo.
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Apoyo del Senado y la causa
En otro tramo de la charla, Marino rescató como positivo el apoyo que recibió de sus pares del partido justicialista, amén de los de su propio espacio: «Son gratas sorpresas. Varios de ellos me llamaron no solo para solidarizarse sino que algunos querían salir como testigos. Yo les agradecí mucho y les dije que como testigos no, porque no quería que se entendiera esto como una defensa corporativa».
En cuanto a la causa en sí, brindó pormenores del rol de los testigos de la acusación en la causa: «La señora Guebel aportó 8 testigos, de los cuales 7 declararon en contra de ella y el octavo no sabía ni para qué lo habían citado. Me llamó mi abogado en el momento de la audiencia y me dijo: ‘este tipo no sabe ni para qué vino con lo cual no sé que hago yo acá’. Y nosotros aportamos lo nuestro».
Paraestatales
La raíz de la sucesión de hechos, para Marino, tiene origen en la álgida interna de cara a la gobernación: «Empezamos a olfatear de entrada que esto tenía olor a operación. Tal es así que el fiscal que intervenía, quizás el más duro la Argentina (Federico Delgado), no apeló porque no había elementos, no había nada. Yo espero que Dios me ilumine y me dé la sabiduría y la inteligencia suficientes como para poder desentrañar todo esto, para ver quién fue el que dio la orden. Yo sé que esto lo hacen los servicios de inteligencia paraestatales, no son los servicios oficiales. Argentina está lleno de grupos que hacen inteligencia por afuera y sé que fue una operación política», explicó.
Candidatura a gobernador
En ese marco, las hipótesis del radical son dos: «No me olvido que en ese momento se discutía la candidatura a gobernador. Yo podría haber impuesto mi candidatura en las dos convenciones que tuvo el partido porque tenía números suficientes. Pero decidí esperar el consenso y les dije a todos: dejemos de pensar en los 10 u 11 diputados que pensamos siempre porque eso muestra que somos segundos. Empecemos a ver cómo armamos un gabinete para gobernar la provincia de otra manera. Pasaron las convenciones, después se pasó a un proceso en el que nos dijeron que eligiéramos entre los 3 quién era el candidato (junto a Daniel Kroneberger, a la postre candidato, y Franciso Torroba). Quedamos en juntarnos un lunes primero a las 8, después a las 9, a las 10, a las 11… Algo de experiencia tengo en esto, entonces mandé a uno de los chicos de mi equipo a que se fijara que estaba pasando. Había toda una confabulación para repartir los 11 diputados y que yo fuera el candidato a gobernador. Ahí instruí a prensa y les dije: disparen un comunicado, no soy candidato y no voy a serlo. Pero claro, algunos que no piensan con la cabeza sino con otra cosa creyeron que iba a presentarme a último momento. Y ahí empieza la operación».
Sin embargo, sostuvo: «Yo no iba a ser candidato, ya lo tenía asumido. Una cosa es querer ser candidato y otra es querer ser gobernador. Pero además me choqué la pared dos veces siendo candidato a gobernador, no haciendo lo que teníamos que haber hecho hace muchos años. Otra vez, no. ¿Para qué? Pero también lo que vos decís tiene que ver. Ser presidente de la comisión bicameral de los servicios de inteligencia demanda un tiempo muy grande, demanda mucho esfuerzo, tenés muchos amigos y tenés muchos enemigos. También tiene muchísimo que ver lo que ocurre acá adentro del Senado».
El futuro radical y su futuro
Marino adelantó que su inmersión en la vida partidaria será paulatina pasada esta tormenta. De cara al inminente proceso electoral, señaló que «más allá del resultado del 27, creo que después de esa fecha nos tenemos que reunir. El radicalismo hasta hoy ha sido un partido que participó de una alianza, de un frente electoral parlamentario. Nosotros no hemos sido parte de las decisiones del gobierno. Y la Unión Cívica Radical junto con el peronismo son los partidos más importantes de la Argentina. En el caso del nuestro ha dado presidentes ilustres como Alvear, Yrigoyen, Frondizi, Illia o Raúl Alfonsín que no son menores. Entonces creo que mi partido tiene que tener otro rol dentro de ese frente electoral. Y será una convención de mi partido la que determine si seguimos ahí, si no seguimos. Además, yo voy a morir siendo radical, yo estoy enamorado de mi partido».
Puertas adentro, en La Pampa, dijo que bregará por un cambio de mentalidad: «La UCR debería cambiar. Y si no cambia, yo me voy a ir a mi casa. Lo tengo claro, Porque nosotros, los dirigentes. lo que tenemos que hacer es pensar un poco más en el partido y menos en nosotros mismos. Y también me incluyo. Si nosotros no logramos eso, priorizar el partido por sobre los 4 o 5 dirigentes que pueden ser candidatos, me parece que nos vamos a equivocar. Si eso no lo logramos, yo en el 2021 agarro el bolsito de acá de Buenos Aires y me vuelvo a La Pampa. Yo no nací siendo senador, no voy a tener ningún problema. Si podemos armar algo en serio, voy a colaborar con mi partido para que alguna vez en La Pampa digamos ‘logramos torcerle el brazo al peronismo'», finalizó.
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