Victorica y Santa Rosa (2b) – Una médica del hospital “Luisa P. de Pistarini” de Victorica, fue despedida tras haber sido condenada en 2018 por mala praxis a un paciente que ingresó luego de un accidente vial.
El hecho fatal, ocurrió entre el 15 y el 16 de agosto del 2013 cuando la doctora Sonia Lidia Romerí se encontraba de guardia. En aquél momento el paciente Raúl Suárez, de 72 años, ingresó al nosocomio con dolores abdominales durante todo ese lapso.
La médica Romerí fue condenada en 2018 como autora del delito de homicidio culposo, a tres años de prisión de ejecución condicional y a cinco años de inhabilitación especial para el ejercicio de su profesión. Ahora fue despedida por el gobierno, ya que “no realizó el diagnóstico correcto y adecuado a la patología que presentaba el paciente Raúl Suárez”. Este accionar imprudente habría ocasionado una atención tardía del paciente lo que le causó el evitable deceso.
Según consta en el expediente judicial, los hechos habrían ocurrido de la siguiente manera:
“Horas antes, Suárez había ingresado al hospital -aproximadamente a las 21:30 del día 15- víctima de un accidente de tránsito mientras conducía una motocicleta, y habiendo sido asistido por la misma médica, ella le dio el alta luego de 15 o 20 minutos (…) Desde que el paciente reingresó en horas de la madrugada, refirió fuertes dolores abdominales, situación de la que fue anoticiada Romerí a través de insistentes llamados que le realizara el personal auxiliar de enfermería, quienes a su vez replicaron los reclamos de la esposa de Suárez”.
“La médica no realizó sobre el paciente, pudiéndolo hacer, durante el lapso en que estuvo internado por segunda vez, el examen físico que mínimamente exigía el síntoma (fuertes dolores abdominales); lo que sin lugar a dudas le hubiera permitido constatar la evolución de ese abdomen y rastrear clínicamente el origen de ese dolor”
“Resolvió en cambio -agregó-, sin efectuar palpado alguno sobre el cuerpo del paciente, un tratamiento de medicamentos (calmantes), en el convencimiento de que ese dolor abdominal tenía como causa la condición de alcohólico de Suárez. El tratamiento ordenado fue erróneo (…) la medicación suministrada no solo no hizo cesar el dolor, sino que, por el contrario, encubrió la patología”.
“En efecto, durante ese lapso de cinco horas el abdomen fue modificándose hasta mostrar la rigidez que fue recién palpada por primera vez por Romerí a las 7; y aun así -aunque dejó constancia en la historia clínica del aumento de la intensidad del dolor con ‘signos de defensa abdominal’-, reiteró el tratamiento de calmantes que hacía horas no venía dando resultados y además no solicitó un estudio de radiografía”.
“Ese estudio fue ordenado recién cuando un médico cirujano ingresó a las 8 y permitió arribar finalmente al diagnóstico correcto, ello es, perforación de víscera hueca (intestino) post traumatismo violento abdominal en accidente de tránsito -indicó Ongaro-. A partir de esa interconsulta profesional, se ordenó la derivación de Suárez a Santa Rosa. a un centro médico de mayor complejidad, donde fue intervenido quirúrgicamente, con diagnóstico post quirúrgico de ‘peritonitis entérica generalizada y perforación intestinal doble’”.
La muerte del paciente sucedió el día siguiente por causa de “la perforación visceral abdominal, post traumatismo violento abdominal en accidente de tránsito. Esta patología no se desencadenó a las 7 del 16 de agosto, cuando Romerí realizó el primer y único examen clínico a Suárez -especifica el fallo-. Por ello, de haber adoptado la decisión básica de examinar al paciente, observar y palpar el abdomen con una frecuencia mínima de media a una hora, sobre todo teniendo en cuenta que el dolor no cedía, le hubiera permitido efectuar el diagnóstico a tiempo, la intervención quirúrgica se habría sensiblemente adelantado y consecuentemente el resultado muerte no se habría producido”.
Foto: Facebook del hospital “Luisa P. de Pistarini”
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