(+video) Hace rato que no venías: Después de 200 años, apareció en La Pampa el primer ejemplar de aguará guazú, que estaba en peligro de extinción

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Santa Rosa (2b)- En medio de los esfuerzos de Nación por proteger esta especie, un ejemplar de aguará guazú ha sido registrado en el noreste de La Pampa, marcando un potencial regreso de esta emblemática especie después de 200 años de ausencia. El denominado Zorro Grande está comenzando a proliferar en Córdoba, y se estima que estaría avanzando desde allí.

El aguará guazú (Chrysocyon brachyurus), en guaraní significa “zorro grande”, es, como su nombre lo indica, el más grande de los zorros sudamericanos. También conocido como lobo de crin o potrillo, es omnívoro y representa, para algunas culturas nativas, como los tobas y mocovíes, a un animal sagrado envuelto de espiritualidad.

Con presencia en las provincias de Corrientes, Formosa, Chaco, norte de Santa Fe y Córdoba, este de Santiago del Estero y sur de Misiones, el aguará guazú está catalogado a nivel nacional como especie amenazada y está incluido en diferentes programas y políticas de conservación de la fauna silvestre.

El Museo Provincial de Historia Natural (MPHN) difundió en sus redes sociales un video del majestuoso animal, haciendo un llamado a la población, especialmente a quienes laboran en el campo, para que, en caso de encontrarse con el aguará guazú, lo observen con cautela y respeto, pues se encuentra clasificado como una especie “vulnerable y amenazada a nivel internacional”.

“Hemos tenido noticias durante los últimos meses por parte de naturalistas que han reportado avistamientos del aguará guazú en la región noreste de la provincia. Estas noticias, que ya circulan en fotos y videos desde mayo, reflejan el esperanzador retorno de la especie”, comunicó el MPHN. Además, añadieron que han establecido contacto con la Dirección de Recursos Naturales y Ambiente de La Pampa para abordar adecuadamente esta situación.

Las historias del Aguará guazú en la provincia de La Pampa y áreas cercanas datan del siglo XIX. En 1806, Luis de la Cruz documentó la especie basándose en las descripciones del Cacique Manquel y su esposa Puelmanc en las cercanías del río Chadileuvú. Posteriormente, en 1881, Doering registró la presencia del animal en las riberas de los ríos Coli y Kürrü leuvú. Otros testimonios, como el de Quintino Toledo en 1923 y las menciones de Vignati en 1938, confirman la relación del aguará guazú con ambientes acuáticos y pastizales de la región.

“Es fundamental permitir que la naturaleza siga su curso y recordar que el aguará guazú, con su inigualable belleza, también pertenece a estas tierras”, concluyó el comunicado del museo.

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