Santa Rosa (2b)- En las últimas semanas han sucedido situaciones que llaman la atención e invitan a la reflexión dentro del transitar parlamentario en la capital. Así, hemos visto cómo apareció frente a nuestros ojos un proyecto de ordenanza, aprobado casi por unanimidad, y luego derogado por aquellos mismos que le dieron vida. Es como si Dios se arrepintiera al séptimo día de crear a Adán y Eva y te los borrara de un plumazo. Más allá de este confuso y desprolijo retroceso, Santa Rosa se debate hoy sobre la amenaza de las «antenas del poder», la defensa de la inocente cooperativa y un servicio digno. ¿De verdad corrés riesgo de que te mastique el Grupo Clarín? Pasá y enterate.
Ahora bien, te decíamos que en medio de este vaivén un grupo de vecinos se movilizó, una cooperativa se cerró filas y ejerció lo que tanto denuncia, el lobby, y cargando con el habitual respaldo mediático de la prensa tradicional, la del poder pero transera como pocas. Que lo diga el intendente Leandro Altolaguirre es una cosa, pero esto corre por cuenta de nosotros, que acaso estamos en el top five de quienes más atienden al jefe comunal radical.
Cuestión, el empuje de los radares mediáticos de la cooperativa es, al menos, un hecho altamente escandaloso. Es más, un directivo del matutino que se planta desde la defensa de la independencia de voces y la protección de los desposeídos, conduce un programa rosquero en la CPE, y no lo hace gratis, ni para él ni para los bolsillos solidarios, en tal vez uno de los canales menos «independientes» de América Latina, porque si decimos de La Pampa te juro que nos quedamos cortos. Pero claro, tu enemigo es Clarín y el desembarco de los monopolios. La verdad, lo que no te quieren decir, es que lo que molesta no son los monopolios en sí, sino los posibles monopolios foráneos ante los negocios que tienen por delante, y que tranquilamente podrán hacer. Lo que sí, en estos casos, prima el viejo axioma aplicable a algunos políticos: «la quieren toda para ellos».
Enfocando la situación desde diferentes perspectivas, no podemos perder de vista el objetivo de la labor gubernamental y su primer beneficiario, el pueblo. Santa Rosa es una ciudad que, independientemente de sus problemas, creció de manera exponencial en cantidad de habitantes, pero aún así la curva ascendente de la demanda de servicios de comunicaciones no acompañó en igual medida.
Baja calidad
El valor de la cooperativa, en este caso la CPE, es incalculable, no caben dudas. Como no caben dudas de la calidad de su servicio, independientemente del accionar de algunos de sus dirigentes y de la inserción que tiene en los santarroseños. Pero también es cierto que una capital de provincia requiere de conectividad permanente y servicios de altísima calidad, porque tanto televisores como smartphones ya ofrecen la posibilidad de ver contenido en resoluciones hasta de 4K, más conocido como UltraHD. En Santa Rosa, y gran parte de La Pampa, estás al horno si querés consumir estos productos.
A eso sumale que los electrodomésticos inteligentes, también ya requieren una conexión permanente, como las cámaras de seguridad y una incontable cantidad de servicios que consumimos a diario. Y todos esto comparten el mismo factor de necesidad. ¿Está tan mal entonces discutir el avance?
¿Hay David y Goliat?
Entendiendo lo anterior, el siguiente análisis que nos queda apunta al rol que están jugando nuestros dirigentes: ¿Es posible que los diarios de papel representen a la sociedad entera, o solo a un sector cuasi empresario cooperativo?
Clarín, considerado uno de los formadores de opinión mas grande del país, y tan repudiado por sus medidas monopólicas, es quien con su reciente fusión con Telecom–Personal, intentó instalar antenas en espacios públicos de nuestra ciudad. El proveedor de internet mayoritario local lo vio como una amenaza, y ejerciendo esa herramienta tan repudiable como el lobby, el mismo que usa Clarín, claro que sí, puso en acción a los medios de información local para caratular el hecho como un acto de eliminación de una prestadora desprotegida, si es que esta ordenanza seguía su curso.
El resultado se redujo a una cuestión de tamaño, marcando quien es David y quien es Goliat. La CPE buena, y Telecom mala. Pero en esta cuenta te faltan actores, que son los que modifican ese resultado, y como se mencionó anteriormente, se meten en esta cuestión de tamaño.
¿Si los diarios protegen a la Cooperativa de un monstruo, quien nos protege a nosotros? ¿La cooperativa tiene un rol solidario o su comportamiento, en esta cuestión de tamaño, se compara a un accionar invertido con los pequeños proveedores de servicios como internet inalámbrico? Ya que en la periferia de la ciudad, donde aún no hay cobertura, hay pequeñas empresas que prestan un servicio para poder apalear la falta de conectividad, pero al realizar el desembarco que también podría caratularse melodramáticamente, como monopólico local, obliga a éstos a cerrar y a perder su trabajo.
Siguiendo esta línea, y al planteo de ¿a qué juegan nuestros concejales?, la pregunta que acompañaría es: ¿los medios lograron su cometido cual Clarín, y la Cooperativa cual Telecom? La respuesta es que la ordenanza fue derogada de forma exprés.
Aquí el interrogante cambia: ¿Será que al estar frente a tiempos electorales existe el temor del repudio público? ¿Existe tal poder de amedrentamiento? Sólo se puede afirmar que el avance de la tecnología es constante, y que sólo es una cuestión de cuándo y cómo. No le des más vueltas.
La sociedad tiene una necesidad, y por eso mismo se requieren normas a la altura. Se deben evaluar todas las alternativas con el único factor importante, que la sociedad no sea la perjudicada y que las entidades solidarias tengan su espacio clave, como debe ser. Después, comprate la historia que quieras, o contratá la empresa que te plazca. De eso se trata.
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